Volvemos con esta segunda parte tras contaros unos cuantos datos interesantes del nuevo Subaru XV, motores, acabados y filosofía. Tras la presentación en Madrid tocaba ponerse al volante en uno de los muchos coches preparados (éramos más de 30 personas), compartiendo coche entre dos personas. La ruta hasta el lugar donde comimos eran unos 170 Km hasta la sierra de Ávila, y estaba pensado para ir por autovía, carreteras secundarias y varios tramos de tierra.
El modelo de pruebas a nuestra disposición fue el 2.0 diésel en acabado Executive Plus, vamos, el que va «hasta las trancas» de extras (y del que podéis revisar su equipamiento en la primera parte de la presentación) y del que presumía antes de subirme unos acabados y unos detalles «premium», y que en parte tiene, aunque no todos los que serían deseables. Pero lo importante es ver cómo va el coche, así que arrancamos el motor, dejamos el navegador que nos marque la ruta prefijada y echamos a andar.
Para esta primera parte del viaje iba de copiloto, así podía trastear un poco con los materiales y el navegador. Lo primero que me llamó la atención fue el espacio interior. Por un lado muy amplio y luminoso (sobre todo por el techo solar), pero el tener techo solar reduce la altura, y una persona de 1.85m podría empezar a rozar con la cabeza. Pero no es un problema del coche en particular, es algo que le pasa a todos.
Los asientos son muy cómodos, con un acabado muy suave y agradable, y en el suelo encontramos alfombrillas de plástico (y bien gordas, que seguro que aguantan lustros). Aquí entramos en la primera encrucijada; ¿es bueno o es malo en el tope de gama estas alfombrillas? Tengo que decir que en nuestro viaje las ensuciamos bastante de tierra, y son muy fáciles de limpiar, pero por otra parte, el propietario tipo de este coche rara vez saldrá al campo, así que… yo daría las de plástico y unas normales con buen acabado, y que cada dueño las cambie según necesite.
Los plásticos de las puertas tienen buen aspecto, mezclando algunas partes blandas, todo en colores oscuros. La consola central tiene un aspecto sólido, con el navegador a media altura y una pantalla LCD multifunción en la parte superior del salpicadero. Puede ser mucha información para el conductor a la vez, pero la información que vemos en el LCD es bastante directa y fácil de ver (consumo, histórico, distancia recorrida, etc.)
Los asientos traseros son amplios y cómodos (no tendrás problemas con el asiento de delante), pero no tienen apenas sujeción lateral y el tejido es tan suave que los ocupantes traseros se moverán cual flan, sobre todo si nos metemos por terrenos abruptos. La altura en estos asientos traseros tampoco será un problema, ya que el techo vuelve a su altura normal.
Salimos a carretera y lo primero que llama la atención es el tarado algo seco de su suspensión. Es firme y no balancea en exceso (teniendo en cuenta sus 1455 Kg) gracias a ese tarado y a llevar barra estabilizadora trasera, buscando el compromiso entre buen comportamiento en asfalto y usabilidad fuera de él. Aun así, hacer un viaje por carretera no supone mucho cansancio gracias a los asientos, aunque el ruido aerodinámico y del motor (al acelerar) se filtra en el habitáculo, aunque no en exceso.
Ya conduciendo es fácil encontrar una posición de conducción cómoda, regulando el asiento eléctricamente y el volante de manera manual. La visibilidad es muy buena, y el pilar A, que se ha adelantado con respecto al chasis original (del Impreza, pero reforzado) permite una mejor visibilidad a la vez que da una sensación de menor altura total desde fuera.
Los pedales se sienten bien. Son de un tamaño y presión correcto, pero el freno se queda demasiado cerca y casi al mismo plano que el acelerador. El cambio está bien, un poco tosco quizá, pero no destaca ni por malo ni por bueno, cumpliendo su función sin que reparemos en él. La relación de cambio se ajusta bien al uso general del coche, permitiendo circular a velocidades legales a muy pocas RPM en sexta velocidad, consiguiendo consumos de 6-7 litros (el coche tenía 800Km, así que bajarán en el futuro).
El motor goza de buena salud. El par (360 N/m entre 1.600 y 2.500 RPM) es más que suficiente y apenas hay lag al acelerar o pasar de las 3.000 RPM acelerando, aunque la potencia máxima se alcanza a 3.600 RPM. Es bastante suave, y junto con el symmetrical AWD es lo mejor del coche sin duda.
La tracción integral funciona a las mil maravillas, y las perdidas de tracción en superficies deslizantes se controlan automáticamente y de manera muy neutra, permitiendo una conducción sencilla en casi cualquier terreno. El motor 1.6 con reductora seguro que funcionará de maravilla como 4×4 con tan sólo cambiar las suspensiones por unas con mayor caída libre, aunque sus 22cm de altura libre al suelo son más que suficientes para la mayoría de usos que le demos.
La dirección sin embargo no me ha terminado de gustar. Da cierta sensación de imprecisión en carretera al sujetarla y le falta algo de dureza, pero si la sueltas el coche va recto. Mientras, en carreteras secundarias, tierra o rotondas vemos que se necesita girar mucho el volante, lo que da gran control a baja velocidad de cuanto queremos girar. Necesita poco espacio para dar la vuelta, y tiene una gran maniobrabilidad, algo de agradecer tanto en ciudad como en el campo.
Por carreteras secundarias es quizá el lugar que menos cómodo se sienta el coche por las continuas curvas más o menos cerradas y cambios de marcha, mientras que en tierra se puede ir algo rápido sin problemas si el terreno está más o menos bien, y a velocidad baja sin preocuparse si hay mucho barro, baches, piedras o grietas.
En general me parece un producto muy interesante que dará guerra a sus rivales, orientado más al uso «libre» que a encerrarlo en ciudad, sin que te duela meterlo por un camino. En ese sentido pienso que el interior se ha desarrollado pensando en este punto, y en vez de otorgarle un mayor acabado interior han preferido usar materiales resistentes y dejar todo bien acabado y robusto.
Por precio y opciones creo que la versión Sport 2.0 diésel será la ganadora de ventas, seguido del 1.6 con su reductora para los que quieran un vehículo polivalente que sea capaz de comerse (casi) cualquier terreno. Le faltan algunas cosas y otras son mejorables sin duda, pero es un buen producto que seguro dejará contento al que lo valore y lo pruebe.
En FajardoRacing: Subaru XV. Presentación y toma de contacto (I)
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