Volvemos con esta segunda parte de la prueba de nuestro flamante híbrido, el Peugeot 3008 Hybrid4. En esta ocasión analizaremos, como de costumbre, el acabado exterior e interior del mismo, así como su comodidad de acceso y carga.

Empezamos pues con un pequeño repaso al exterior de este crossover, y nada mejor que poner sobre el papel sus medidas para darnos una idea de su tamaño. Contamos con una longitud de 4360 mm, una anchura de 2110 mm y una altura de 1630 mm.

Para la báscula en 1735Kg, una cifra bastante alta la verdad, pero es lo que hay con las baterías. Cuenta con discos de frenos delanteros ventilados de 302mm, y unos traseros macizos de 290mm. Para conectarnos al asfalto calzamos unas ruedas de tamaño 225/50 R17.

Exterior Peugeot 100%

Se trata de un modelo (el 3008 en general) que se ha vendido bastante bien, y prueba de ello es que no cuesta mucho poder ver uno por la calle, por lo que muchos habrán reparado ya en él, y los que ni se habían fijado empezarán a verlos en todas partes.

La primera vez que lo ves de lejos da sensación más de monovolumen que de otra cosa, pero al acercarte y ponerte al lado la sensación cambia. La altura libre al suelo le da ese aspecto de parecer más grande, mientras que de cerca se aprecian mejor sus medidas.

Contamos con la estética que todos los modelos Peugeot marcan en sus modelos. En el frontal encontramos una calandra rectangular parecida a la que nos ofrece el 508, junto con el logotipo del león justo encima. Las luces frontales siguen el diseño general, alargándose por las aletas pegadas al capó.

Y es que en este caso tenemos un capó que da la sensación de ser bastante pequeño, y en realidad lo es, sobre todo comparado con otros crossovers, pareciéndose más a un monovolumen. Otro detalle que acrecienta esa diferencia de apreciación entre verlo a lo lejos y verlo cerca.

Cuenta con unas pequeñas protecciones en plástico y un protector en la zona baja del paragolpes delantero. Esto es porque está pensado para tener cierta capacidad offroad: caminos de tierra, condiciones adversas del firme, baches, etc.

Cuenta con generosos retrovisores con cromados, y en los laterales apreciamos que a baja altura, en la zona que más sobre sale, contamos también con esas protecciones de plástico. En general los laterales son suaves, con el paso de rueda delantero algo más marcado y el saliente inferior que comentamos en las puertas.

En la zona trasera contamos con un pequeño alerón al terminar el techo, y dominando la escena el león de Peugeot en el medio del portón. A los laterales están los faros en forma triangular, y que se escapan un poco hacia los laterales también. En la zona baja encontramos protecciones de plástico, y así poder dar un uso más offroad al coche como ya hemos comentado.

En general es un coche de líneas muy redondeadas, con una buena presencia exterior y detalles cromados junto con plásticos resistentes.

Interior por encima de la media

Una de las cosas que más me ha gustado de este coche ha sido el interior. En general los acabados son buenos y los materiales también. El diseño es muy limpio salvo por la consola central, aunque está muy bien resuelto. En la parte delantera se delimitan muy bien las zonas de cada ocupante, pero sin aislar del resto.

El acceso a las mismas es bastante cómodo, con una puerta que deja suficiente espacio para entrar y salir (incluso aunque se esté cerca de otro coche), y su asiento está a una altura parecida a la cintura.

Una vez dentro, en la zona del conductor, encontramos muchas cosas conocidas de otros modelos. El volante es igual al del Peugeot RCZ, sin ningún botón y con el nombre del modelo en el radio inferior. Las palancas para controlar la radio, control de crucero, intermitentes, etc se sitúan tras éste, y se usan de la misma manera que en otros modelos de la marca francesa.

Contamos también con el panel de proyección en el salpicadero, que nos informa de la velocidad, control de crucero y navegación. Es igual que en el Peugeot 508, y me gustó mucho poder tener esos detalles sin apartar la vista de la carretera.

Lo que más llama la atención está en el panel de instrumentación, donde el cuentarevoluciones se transforma en un medidor de eficiencia. En la siguiente parte hablaremos de ello en más detalle.

Lo siguiente con más miga y más interesante del interior está en la columna central. En la parte final, entre los asientos, encontramos un arcón en el que si empiezas a meter el brazo crees que vas a desaparecer. Tiene forma de L y tiene mucho mucho espacio, suficiente para un par de botellas de litro y medio.

Siguiendo hacia el salpicadero lo siguiente es un reposa vasos y el control del sistema híbrido del coche, que nos ofrece mediante una rueda que gira sin fin, 4 modos de conducción: Auto, ZEV (Zero Emission Vehicle), Sport y 4WD. Otra vez, entraremos en detalle en la siguiente parte. Entre medias de ambos encontramos el control del techo solar.

Ahora toca la palanca de cambios. Es la misma que en el Peugeot 508 (y el mismo tipo de cambio) aunque con otro acabado más acorde al modelo. Justo al lado de la palanca se encuentra el freno de mano eléctrico y la toma de 12V.

En el lado del pasajero a partir de esta altura sale una agarradera, algo que confirmo agradecen mi madre y mi abuela (y no por ir rápido), y justo debajo por su lateral hay una pequeña red para dejar objetos, bastante útil por cierto.

En la zona media encontramos los mandos del climatizador bi-zona primero, y más arriba los «sencillos» controles del sistema multimedia del coche, exactamente igual que en el Peugeot RCZ. Encima encontramos varios botones del estilo de los aviones para activar las luces de emergencia, cerrar las puertas o activar la luneta térmica. Coronando el salpicadero se encuentra la pantalla del sistema multimedia y navegación.

Las plazas traseras son bastante amplias, y permiten que tres adultos puedan viajar más o menos bien de espacio. Cada asiento delantero cuenta con una pantalla plana detrás de cada reposacabezas, y en la consola central contamos con entradas de audio y vídeo separadas, con lo que cada pantalla puede reproducir distintas cosas (ideal para niños).

Como sorpresa para algunos, contamos con dos pequeños huecos justo debajo del suelo donde apoyamos los pies, muy útil para guardar algún DVD que poner durante un viaje. Quizá lo peor del interior sea la dureza de los asientos, pero se compensa con unos acabados por encima de la media y unos materiales agradables con algunas inserciones en aluminio.

Perdemos maletero, pero nos compensará

Para cerrar esta segunda parte hablemos del maletero. El sistema híbrido se encuentra bajo el mismo, algo que repercute en su capacidad. La prueba de ello es que en las versiones no híbridas son 512 litros de capacidad, mientras que en esta son 420 litros.

Casi 100 litros menos de capacidad se notan, pero seguimos teniendo un maletero suficientemente grande para casi todo lo que necesitemos. A una familia (el principal comprador de este coche), un viaje de 5 personas hasta arriba le costará algo más meter todo, pero con un poco de paciencia seguro que podrán.

Si por el contrario vamos a ir nosotros solos tenemos la opción de abatir las plazas traseras desde unos tiradores cerca del acceso al maletero. Prácticamente se quedan casi al ras, algo que ayuda a mejorar la colocación de la carga. También tenemos un hueco en la zona central para acceder al maletero desde los asientos, o cargar unos esquís o similar.

El portón trasero no deja la boca de carga a ras de suelo, pero podremos abatir la parte inferior de la trasera para tal fin. Debajo del suelo encontramos algo más de hueco y el kit anti pinchazos. Contamos además con una luz a cada lado del maletero, así como una toma de 12V.

El acceso y la forma de colocar la carga, incluso con la reducción de maletero, es buena, y las ventajas que obtendremos con el sistema híbrido nos compensarán más en el día a día que esos 100 litros de aire que transportaremos habitualmente en las versiones no híbridas.