Tras tres años de brindarnos con un campeonato muy emocionante, y aportar un nuevo modelo de coche de competición a distintas categorías aparte de su campeonato propio, cierra las puertas la Mini Challenge. Tras dar a conocer la marca de una manera distinta e interesante con su campeonato monomarca consideran que han cumplido un ciclo, y que ahora toca concentrar esfuerzos en otras iniciativas.
Agradecen a Last Lap y a Drivex la ayuda prestada, y se despiden del campeonato, dejándonos una situación en España todavía más precaria en cuanto a competiciones monomarca. Tampoco es que fuera barata (creo que sobre los 60.000€ la temporada completa), pero es que ahora prácticamente sólo queda la Clio Cup, o la Ibiza Astra dentro del CER. A nivel menos profesional encontramos otras categorías como la Challenge Garbi (sunday drivers principalmente), pero el panorama se queda bastante desierto.