Tras tres años de brindarnos con un campeonato muy emocionante, y aportar un nuevo modelo de coche de competición a distintas categorías aparte de su campeonato propio, cierra las puertas la Mini Challenge. Tras dar a conocer la marca de una manera distinta e interesante con su campeonato monomarca consideran que han cumplido un ciclo, y que ahora toca concentrar esfuerzos en otras iniciativas.

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Agradecen a Last Lap y a Drivex la ayuda prestada, y se despiden del campeonato, dejándonos una situación en España todavía más precaria en cuanto a competiciones monomarca. Tampoco es que fuera barata (creo que sobre los 60.000€ la temporada completa), pero es que ahora prácticamente sólo queda la Clio Cup, o la Ibiza Astra dentro del CER. A nivel menos profesional encontramos otras categorías como la Challenge Garbi (sunday drivers principalmente), pero el panorama se queda bastante desierto.

Ahora quedará ver donde acaban todos esos Mini Challenge. Probablemente participen la mayoría en el CER, compitiendo contra los Clio Cup por hacerse con la hegemonía del campeonato. Es una pena, el campeonato era bastante interesante (y tenían coche de prensa…), y aunque ya no haya competición he tenido la oportunidad de poder conducir uno un par de veces.

Es un coche muy peculiar de conducir. Pierde tracción muy rápido y es más difícil de conducir que el Clio, no sólo por el chasis y la tracción, sino por el cambio (manual frente a secuencial con corte de inyección). Eso si, frena muy bien y ofrece un agarre lateral muy bueno, y esto junto a las pérdidas de tracción ayudan a mejorar la competitividad y los adelantamientos no sólo en las frenadas, sino también en las salidas de las curvas.

De momento la Mini Challenge nos deja, pero veamos cómo se recolocan esos Minis y el equipo Drivex, que llevaba muchos de los coches (o todos pero no estoy seguro).