Volvemos con la segunda parte de este coche emocional, el Peugeot RCZ. Ahora vamos a analizar tanto el exterior como el interior, y aquí estoy seguro de que no deja indiferente a nadie. Buena prueba de ello es que el coche le gustó hasta a mi abuela (no es coña) tanto por fuera como por dentro. En ese sentido creo que gustará a más gente de la que puede no gustarle.
Además de ser un coche bonito (para mi gusto) es bastante llamativo. Pasearse por calles céntricas de Madrid con él es un lujo, viendo como se giran muchos cuellos. También las sorpresas de otros tantos al descubrir que no se trata de un Audi TT, llevándose una grata imagen del coche. Vamos pues a analizarlo en detalle.
Empezando por el exterior, en el morro encontramos la silueta típica de los Peugeot, con una gran boca en la mitad inferior amenizada por 3 bandas plateadas horizontales y una matrícula situada en la parte más baja. Destaca la forma del capó que, de forma redondeada y suave, va en pico hacia el logo del león en la parte frontal, en forma de triángulo.
De hecho, tanto la silueta del capó como de los faros y los antiniebla tienen esa forma triangular acusada, agresiva. Los faros visto de frente me recuerdan un poco a los del Corvette. Aun así, lo que más llama la atención si lo ves de frente con respecto a otros modelos de la marca francesa es su mayor anchura y menor altura, algo que te da pistas para lo que vas a ver en cuanto gires un poco a su alrededor.
Nada mas ver el lateral destaca su musculoso paso de rueda y su puerta a dos anchuras. La mitad inferior continua la anchura marcada por las ruedas, mientras que la superior se estrecha hasta que llegamos al (gran) paso de rueda trasero. Un detalle que me gusta es la parte final de la puerta, que pega un giro y sube hasta una segunda altura desde la que sale la línea hacia la zaga. Permite a los pasajeros delanteros tener una mejor visión del exterior y le da un toque curioso.
Las llantas ya las hemos comentado en la primera parte, de 19″ con cinco radios dobles y en color grafito son preciosas. Los retrovisores son amplios, situados un poco más retrasados y sobre la puerta más que en la esquina, bastante parecido al Fiat Punto por ejemplo.
Otro detalle que llama mucho la atención son sus pilares, que se extienden de forma suave desde el frontal hasta el maletero en color plateado (en dorado como opción). Esto le da una silueta muy cortante y una altura muy reducida al Peugeot RCZ, creando un buen contraste si se tiene un color de carrocería oscuro.
La mejor parte (o más llamativa) es sin duda su luneta trasera. En vez de ser de forma regular tiene dos jorobas, una en cada asiento, creando una silueta trasera interesante y diferente. Mientras toda la parte trasera es bastante suave y regular, de forma «cuadradota». Las luces traseras se extienden desde casi la mitad del paso de rueda hasta la trasera, y cuenta en el centro en la zona inferior con la luz de marcha atrás y antinieblas.
Lo mejor de la trasera es su alerón retractil, que se pone en varias posiciones según la velocidad. Cuenta con una salida doble cromada en el lado izquierdo, cambio que como ya comentamos en la anterior parte, se hizo al pasar del concept a modelo de producción. Previamente contaba con una salida de escape en cada lado.
Si levantamos el capó, un sistema hidráulico lo mantendrá subido, y podremos apreciar las entrañas del RCZ. Todo parece muy bien compactado en un espacio no muy grande la verdad. Por su parte, el maletero es bastante grande y de forma regular, lo que permite meter dos buenas maletas. Incluso permite plegar los asientos traseros, un buen detalle aunque rara vez creo que lo vayamos a usar.
Sus 321 litros son muy aprovechables, pero como parte mala tiene una boca de carga elevada y un gran escalón hasta el piso. Debajo del mismo se esconde un kit anti-pinchazos para un apuro y si el pinchazo no es muy grande.
Pasamos ahora al interior. Abrimos la puerta y lo primero que se nota con respecto a otros modelos es que no tiene marco, y esto hace que tenga una mayor anchura. Junto a eso y a su mayor longitud, aparcar cerca de otros coches hace que entrar y salir sea más complicado (aunque a mi me preocupa más que me den con la puerta al abrir ellos).
En el interior llaman la atención los asientos tipo backet en cuero blanco dentro de un ambiente en acabado oscuro. Los asientos son cómodos para trayectos cortos (no he hecho viajes largos o grandes ratos dentro del coche), con regulación eléctrica y calefacción. El agarre que ofrecen lo comprobaremos en la siguiente parte de la prueba.
En la parte trasera encontramos dos asientos que son prácticamente «de combate». En ellos apenas cabe un adulto, principalmente por dar en el techo con la cabeza si mides más de 1.50m. Aun así, hemos viajado 3 personas en un trayecto corto por ciudad, por lo que poder se puede, pero no es muy cómodo (sobre todo para los otros dos, yo iba tan ricamente).
Son asientos bastante duros, con los cinturones de seguridad de 3 puntos desarmados. Hay que enganchar los dos puntos inferiores para poder usarlo, algo que he visto la gente no está acostumbrada, lo que sería un peligro en caso de accidente. Tenemos un indicador para ver quien se ha puesto el cinturón y quien no, así que en última instancia el conductor debería ser quien deje todo listo antes de ponerse en marcha.
Entre medias de los asientos delanteros encontramos una guantera con espacio para dejar pequeños objetos como el móvil o la cartera, y en el que también podremos conectar una memoria USB o una tarjeta externa al sistema multimedia del coche. La posición del USB yo la habría puesto de otra forma, ya que al estar en horizontal casi puede doblarse algo con los objetos que dejemos en su interior, mientras que en posición vertical sufriría menos.
Siguiendo hacia la consola central encontramos dos botones y una toma de 12V, y justo al lado el freno de mano. El primero y más alejado de la consola está compuesto por 4 a su vez, uno mirando a cada dirección. Los que apuntan arriba y abajo sirven para desplazarse por los menús del ordenador de a bordo, mientras que el de la derecha es para volver y el de la izquierda para aceptar o activar una opción.
El segundo botón sirve para activar o desactivar el alerón retráctil trasero. Si no tocamos nada tiene 3 posiciones. Cerrado, cuando la velocidad es inferior a 85 Km/h, un poco abierto (19º) entre 85 y 155 Km/h, y en ángulo máximo (34º) a partir de 155 Km/h. Con este botón podremos, independientemente de la velocidad, ponerlo al ángulo máximo o cerrarlo.
La caja de cambios es manual de 6 velocidades, con un buen acabado y una tapa plateada en la parte superior. Justo donde comienza la consola central existe un pequeño hueco con suelo de goma, ideal para dejar el móvil. Más arriba los mandos del climatizador bi-zona, mezcla de botones y ruedas muy simple y fácil de usar.
Justo en el medio encontramos todos los botones del sistema multimedia y teléfono, junto a otra entrada para tarjetas SD. El sistema multimedia no es especialmente intuitivo, pero no me ha dado excesivos problemas. Quizá a una persona menos habituada a la tecnología le pueda costar más, aunque el sistema de navegación funciona perfectamente y sin complicaciones.
La pantalla del navegador se encuentra en la parte superior del salpicadero, justo en el centro. Se trata de una pantalla a color de 7″ que automáticamente se despliega al dar el contacto y se pliega al quitarlo. También podremos ajustar el ángulo sobre el que pivota y guardar o levantar la pantalla a voluntad con otro botón. Es especialmente reseñable que es capaz de reproducir DVDs, algo que te puede amenizar cuando te toca esperar en el coche.
Entre medias de la pantalla y del coche había 3 tomas de aire en el Peugeot 308, que han pasado a convertirse en 2, y la central pasar a ser un reloj analógico que le da un toque distinto. La guantera por su parte es bastante amplia y tiene refrigeración del aire acondicionado.
Ya entrando con la zona del conductor, el volante de tres radios está libre de cualquier botón, centrándose en la conducción pura y dura. La parte inferior es recta, dándole un tono más deportivo, junto al cambio de dibujo en la zona de agarre y el logo plateado de RCZ en el radio inferior. Se podría esperar a lo mejor un volante más refinado o con botones, pero no es una mala decisión despojarlo de tecnología.
Al ser el volante sin botones hace que los controles que en otros modelos se encuentran ahí por comodidad estén detrás del mismo. Con ellos podremos controlar parte del sistema multimedia, el manos libres y la radio.
Los pedales están acabados en aluminio, así como el reposapies. Por su parte el cuadro de mandos cuenta con 4 diales analógicos: revoluciones, velocidad, temperatura del refrigerante y nivel de carburante. En el centro, una pantalla monocroma nos indica los datos del ordenador de a bordo, en el que podremos poner, por ejemplo, la velocidad a la que circulamos en formato digital. Me parece más cómodo y rápido de ver que una aguja analógica la verdad.
Con esto cubrimos a grandes rasgos el interior del Peugeot RCZ. En general el acabado del coche es bastante bueno, con materiales en su mayoría de gran calidad, con muchas partes tapizadas y algunas en plástico no a tan buena altura como el resto. El espacio para dos ocupantes es bastante amplio y está bien aprovechado, sin embargo, las plazas traseras son anecdóticas y para uso en contadas ocasiones.
Para la siguiente parte iremos a lo interesante, la prueba dinámica. Tengo que decir que los aspectos mejorables del coche pasan por alto en cuanto giras la llave del contacto, y que aunque los menciono (porque siempre se pueden mejorar las cosas), ya veréis que se te quita la tontería al conducirlo.
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QUIZAS TU ME PODRIAS AYUDAR TENGO UN RCZ PERO EL DVD NOSE COMO SE PONE TU ME PODRIAS EXPLICAR ?
Pues no he llegado a probarlo la verdad, pero seguramente sólo funcione cuando está el coche parado por motivos de seguridad. Habrá que introducir el DVD y después seleccionar la entrada que quieres, igual que haces para seleccionar la aux, un móvil bluetooth, un CD de música, etc. Tampoco te sé decir si lee DVDs no originales.